Llagas en la boca: ¿Por qué me salen tan a menudo?

Los aftas en la boca o llagas, son lesiones que aparecen en la cavidad bucal causando dolor al comer, molestias al hablar o cierta incomodidad al cepillarse los dientes, pero que no son contagiosas.

Las llagas son una especie de heridas de color blanco rodeadas por un enrojecimiento característico. Es muy común confundirlas con el herpes labial (aparece fuera de la boca) el virus del herpes es el encargado de su aparición. Las aftas aparecen dentro de la boca, pueden pequeñas, grandes o múltiples (en grupos o en racimos). Las aftas son afecciones que suelen reaparecer.

Tipos de llagas

Hay varios tipos de llagas o aftas. No las confundas con lesiones bucales como lo son la leucoplasia (relacionada con el hábito de fumar, es una placa espesa y blanquecina que aparece en el interior de las encías, la lengua o la mejilla) o la candidiasis, que es una infección causada por un hongo que aparece en las superficies húmedas de la boca.

  • Lengua: estas lesiones ulcerosas suelen ser ovaladas o redondas, presentan un color blanquecino y no son contagiosas, pero sí dolorosas.
  • Boca: son úlceras de un tamaño menor que se encuentra en el interior de la boca. Se caracterizan por ser grises con los bordes rojos. 
  • Labio: en esta zona aparecen aftas de un mayor tamaño, superando los 10 mm de diámetro, pueden llegar a estar durante varias semanas e incluso meses. 
  • Encía: las llagas tienen un aspecto similar a un corte, pueden tener pequeñas manchas blancas en el centro o ser muy rojas.

¿Cuáles son las causas?

Aunque suelen ser de causa desconocida y hay casos en los que no se puede determinar el origen de este tipo de afecciones bucales, pueden ser consecuencia de:

  • Una reacción inmunológica frente a las bacterias comunes de la flora bucal.
  • Una infección viral, que se manifiesta en este tipo de heridas bucales.
  • Traumatismos. Darse un golpe en la boca o morderse el interior de los carrillos o del labio pueden dañar la membrana que cubre el interior de la boca, lo que desencadena en el desarrollo de llagas.
  • Ortodoncia o prótesis dentales. En ocasiones, este tipo de dispositivos puede rozar algún área blanda de la cavidad oral provocando úlceras o llagas.
  • Limpieza dental agresiva. Cuando el cepillado o la higiene bucodental en general es demasiado agresiva, con cepillos muy duros o un mal uso de los mismos, pueden aparecer llagas.
  • Estomatitis aftosa recurrente (EAR). Suele afectar a entre un 20 y un 30% de los adultos y a un elevado porcentaje de niños. Son los casos en los que se producen úlceras orales recurrentes (UOR), el trastorno de carácter inflamatorio más frecuente en la cavidad oral. No está claro el motivo de su aparición, pero se habla de una tendencia familiar.
  • Estrés. Los exámenes, el trabajo, la conciliación de la vida familiar y laboral… cualquier situación que nos genere estrés puede hacer que terminemos padeciendo alguna úlcera bucal.
  • Carencias nutricionales. Las úlceras pueden surgir por falta de vitaminas y minerales, principalmente cuando hay carencias nutricionales de hierro, ácido fólico y vitamina B12.
  • Cambios hormonales. Las llagas en la boca afectan el doble a las mujeres que a los hombres y se cree que es por causas hormonales. De hecho, en muchas mujeres aparecen en algún momento del ciclo menstrual.
  • Fármacos. Hay expertos que apuntan a un ingrediente de algunos dentífricos y enjuagues bucales, el laurel sulfato de sodio (LSS), como un posible agente que actúa en la aparición de aftas. También se cree que ciertos medicamentos activan su formación.
  • Alergias o hipersensibilidad a los alimentos, como frutos secos, limón, fresas o chocolate.
  • Predisposición genética. Es muy normal que varios miembros de una misma familia las sufran, puesto que parece que hay un componente genético entre sus causas. Así que, si tu padre o tu madre las suelen tener, es muy posible que tú también sepas de qué se trata.

¿Cómo tratar las llagas?

Normalmente se curan solas, pero para acelerar el proceso, los expertos aconsejan no tomar comidas con muchos condimentos y reducir la ingesta de alimentos ácidos, como los cítricos. También son útiles remedios caseros como enjuagarse la boca con agua y sal.

En los casos en los que las aftas son persistentes -más de dos semanas con cuidados personales- o recurrentes -más de dos o tres veces al año-, hay que acudir al médico para que determine otros posibles desencadenantes. Aunque las aftas no son ningún tipo de cáncer ni lo provocan, hay algunos tumores que pueden surgir primero como una úlcera bucal que no termina de sanar. 

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